I dont want to need you, 'cause I can't have you

Patetismo en la madrugada del domingo. En un rato entro a trabajar y temo quedarme dormido. La solución: ver películas, una atrás de otra, con litros de café a mano.
Miro el mueblecito donde están guardados las pelis que todavía no vi, agarro Tiburón y Los puentes de Madison, quiero algo pasatista. Se me ocurre que la peli de Clint Eastwood me va a gustar porque escuché que es sobre un ama de casa y siguiendo un silogismo tonto pienso que si me gustan las novelas de Puig y el technicolor de Douglas Sirk, me va a gustar esto.
3 de la mañana: vacío la cajita de carilinas, mastico unas oreos y me enojo conmigo por no haber elegido Tiburón y por pensar que Los puentes de Madison era algo pasatista y olvidable.
Al otro día:
Yo: Vi Los Puentes de Madison
E: ah, ¿y te gustó?
Yo: sí, me dejó un poco sensible
E: Sí, es triste, todas las señoras lloran con esa película... mi mamá llora un montón
Yo: Je, sí, claro... las señoras.
Snif.
3 Comments:
El que te dijo eso, mon petit, también lloró con la película. Aunque haya sido "para adentro", o aunque no lo admita.
Son dos grossos actores en dos roles chiquitos, en una historia chiquita, pero que se centra en uno de los dramas más universales y comunes al género humano. ¿Te parece poco?
Gran abraxo.
La verdad, no es una película que me apasione, pero me alegro de que te gustara.
Che, esa película es hermosa. Cómo no quedar sensible después!
Post a Comment
<< Home