free money

Hoy en el trabajo todos estábamos un poco atontados y grises... será que es viernes, será el cansancio, quién sabe. Fue por eso que la estimada V. nos propuso a mí y a F. acompañarla al bingo. También la invitamos a N. pero nos dijo "A mí me dejan tranquila, no tengo ni plata ni ganas"y ni siquiera cedió ante nuestro ganche de "pero sale $1 el cartón!" así que nos fuimos los tres al Bingo Congreso.
Nos sentaron en una mesa con un señor y una señora. La señora tendría unos sesenta y algo y pinta de jugadora experta. No le preguntamos el nombre pero parecía ser Marta, Rosa o Mirta... sí, seguro que se llamaba Mirta. Tenía el pelo impecable, corte estilo Amalita medio rubio oscuro y fumaba unos cigarrillos re finitos que F. pensó que eran porros.
V. y yo marcábamos y marcábamos a medida que la locutora decía los números y F. no porque no entendía cómo se jugaba, así que Mirta, re amable, le explicó con toda la paciencia del mundo. F. suele ser un poco lento.
Mientras hacíamos un bollo los cartones viejos comprábamos más y más. No podíamos parar, y la locutora decía los números tan rápido que nos perdíamos!.
Cuando nos aburrimos pedimos tres helados inmensos (porque también sirven comida!) y le preguntamos a Mirta si se ganaba algo. "No, casi nunca, acá se viene a pasar el rato" nos dijo con su voz de haber fumado muchos cigarrillos finitos y haber jugado mucho al bingo.
"¿Dónde se puede ganar plata fáci?" dijo V. y Mirta nos dijo que en las maquinitas de Palermo ganábamos seguro pero ya estábamos cansados y F. no paraba de quejarse así que nos despedimos de nuestra nueva amiga deseándole suerte y salimos. Prometimos volver el domingo para el sorteo del televisor.