bonjour

No soy partidario de publicar mi carota por el mundo cibernético, pero es que la señora Molina estuvo tan tierna y amable que le hubiera dado un mordisco. Y yo no le hablé con la idea de sacarme foto, sólo quería decirle que para mí no había sonado mal, pero F. que tenía mi cámara, lo propuso y ahí me puse con el símbolo de mi infancia. Estaba casi temblando.
El festi Buen Día estuvo más que simpático. Escuchamos bandas lindas; nos pusimos a la sombra y miramos discos, libros y revistas. Comimos choripanes de esos puestitos espantosos, porque si hay algo que me gusta en este mundo es la comida callejera que devoro sin ningún tipo de culpa.
Movimos la patita con Educación Sentimental de Rosal y vimos como se movía Rosario Bléfari. Terminamos amaneciendo en medio de los bosques de Palermo, F. dormido sobre su mochila y yo sentadito en el pasto. Al otro día hubo que ir a trabajar. Ufa.
(También tengo una foto con el lindísimo de Coiffeur pero ya es demasiado indiecholulaje)