hated christmas.

Para esta navidad un par de personas in black desean saludar. Por un lado, Siouxsie y sus Banshees, incluyendo a Robert Smith, allá por el 82 cantando un villancico que seguro Tim Burton ama. (el link es cortesía de JM)



Y por el otro O'Riordan y sus Cranberries intentan sincronizar un saludo de felices fiestas pero se equivocan, Más o menos, por el 96 a juzgar por las ropas.



Y si demasiado negro no es oportuno, La Terremoto de Alcorcón le pone un poquito de color a la cosa con su nuevo hit, Los reyes me han echao un ipod de 80 gigas.



Diciembre no es simpático y la navidad tampoco.

oh dieu 2!

En su compu favorita pueden encontrar el número 2 de Oh Dios! esta vez dedicada a la ciudad del amor, París.

Cine, ficción, cochinadas y un collage casi dadaísta a sólo un click de distancia. www.ohdios.com.ar

Los integrantes de Oh Dios! sólo queremos fama y dinero, pero por ahora nos divertimos trabajando por amor al arte.

bonjour

No soy partidario de publicar mi carota por el mundo cibernético, pero es que la señora Molina estuvo tan tierna y amable que le hubiera dado un mordisco. Y yo no le hablé con la idea de sacarme foto, sólo quería decirle que para mí no había sonado mal, pero F. que tenía mi cámara, lo propuso y ahí me puse con el símbolo de mi infancia. Estaba casi temblando.
El festi Buen Día estuvo más que simpático. Escuchamos bandas lindas; nos pusimos a la sombra y miramos discos, libros y revistas. Comimos choripanes de esos puestitos espantosos, porque si hay algo que me gusta en este mundo es la comida callejera que devoro sin ningún tipo de culpa.
Movimos la patita con Educación Sentimental de Rosal y vimos como se movía Rosario Bléfari. Terminamos amaneciendo en medio de los bosques de Palermo, F. dormido sobre su mochila y yo sentadito en el pasto. Al otro día hubo que ir a trabajar. Ufa.
(También tengo una foto con el lindísimo de Coiffeur pero ya es demasiado indiecholulaje)

El sábado pasé la tarde en un bazar benéficofreak en la embajada de Alemania. Estaba llenísimo de ancianas, una más tierna y particular que la otra. Había libros baratísimos y se podía aprender alemán por $25.
La comida era muy rica. Había verdaderas salchichas alemanas con ensaladas de papas cortadas bien finitas y las tortas del postre eran el paraíso, pero la señora que las daba no hablaba español y fue todo un problema pedirle berlinesas. Para mí que se hacía la tonta porque yo le señalaba "esa, esa" y me decía algo en alemán con cara de "no voy a hablarte en español".





El Papá Noel era la cosa más copada del mundo. Después de repartir los regalos se sentó en cada mesa para tomar champagne o cerveza mientras contaba lo mucho que extrañaba Frankfurt.
En una tómbola me gané un sombrero que dice Henkel, unos lapicitos de colores y unos cuadernos.
Casi gano un viaje a Berlín pero una señora fue la beneficiada por segundo año consecutivo!.
Cuando empezó a lloviznar nos volvimos y nos encerramos a ver una peli de vampiros rusos.

Hace como tres días que estoy súper eufórico y no sé por qué. Es como si tuviera un enanito de jardín hiperactivo en el pecho y en el cerebro. Y no es el memorex vital que estaba tomando porque lo dejé hace un par de días.
Quién sabe. Ojalá se pase pronto, porque es incomodísima la euforia injustificada.