Hoy descubrí que no tengo un bar o confitería favorito. Me sentí terriblemente frustrado, salí del cine y me vinieron unas ganas enormes de leer y jugar al ta-te-ti tomando un capuccino. Di vueltas sin decidirme por ninguno y me negué a ir a cualquier Mac Donalds, no por ninguna convicción política ni nada que se le pareza pero me ponen tristísimo, no sé por qué, siempre supuse que debe ser la explotación laboral o los payasos, pero mi ánimo decae en cuanto los piso ¡y con lo cómodos que son! porque todo es rápido, pero no, no quiero. Quería un lugar chiquito, que estuviera en una calle, no en una avenida, que tuviera música y tele en silencio y que vendiera el café más rico del mundo pero terminé en un Aroma, que no es Mac Donalds, pero sigue siendo demasiado grande. Últimamente me encariñé mucho con La Clac, por Avenida de Mayo, porque hacen un submarino muy rico y las mozas son amables a pesar de dejarles centavos de propina, pero lo identifico mucho con trabajos guionísticos grupales, así que trato de evitarlo en momentos de descanso. Me propuse que en los momentos libres de esta semana mi objetivo va a ser encontrar un bar-confitería favorito, así como tengo cine favorito, restaurant favorito, librería favorita, banco de plaza favorito y tantas otras cosas... me encantan los favoritismos.